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¿Qué importa el idioma, si les roban la voz?

Por Ana González Vañek


He aquí una de las películas más significativas que he tenido el privilegio de ver al momento de su estreno en Paris.


RAZZIA, una co-producción franco-marroquí con dirección de Nabil Ayouch, es un relato fuertemente social donde confluyen, sin saberlo, cinco destinos en la búsqueda de su libertad.


Nacido en Paris, de padre marroquí y madre tunisina, Ayouch quiso reflejar las presiones y mandatos que sufre la sociedad marroquí y que, desde una observación atenta y comprometida, nos invitan a pensar en las presiones y mandatos de nuestras propias culturas.


El rol de la mujer, la educación verticalista, las religiones dominantes, entre otros aspectos, son puestos en cuestión e incluso atravesados de forma dolorosa, pero impecable.


Con escenas que, en medio de un período de atentados en Francia, repercutieron en que más de una persona abandonara la sala cinematográfica, RAZZIA logra irrumpir con crudeza en la naturalización de códigos que no han sido puestos en cuestión y que subyacen a la conformación de la estructura social occidental.


Particularmente una frase resuena todavía en mí. Aún sorprendida porque la bella melodía de ROSE, mi última creación de danza (The Promise, de Michael Nyman) era la misma música que sonaba minutos antes de que comenzara el film, escuché en la oscuridad de la sala, las primeras palabras de esta maravillosa obra de arte:


"Irse, a un lugar lejano que nos llama. Quedarse, y luchar. ¿Qué importa el idioma, si les roban la voz? ¿Qué importa la fe, si les roban los sueños?"


Si no es la mejor película que he visto a lo largo de mi vida, es la que más claramente identifica los objetivos de todo mi trabajo y, entre ellos, el principal: la deconstrucción histórica y social.


  • Producción: Bruno Nahon, Patrick Quinet, Nabil Ayouch. Executive producer: Nahon.

  • Equipo: Director: Nabil Ayouch. Screenwriters: Maryam Touzani, Ayouch. Camera (color, widescreen): Virginie Surdej. Editors: Sophie Reine, Marie-Helene Dozo. Music: Caroline Chaspoul, Eduardo Henriquez, Guillaume Poncelet.

  • Actores: Maryam Touzani, Arieh Worthalter, Amine Ennaji, Abdelilah Rachid, Dounia Binebane, Abdellah Didane.



¿Acaso no nos roza, a nosotros también

una ráfaga del aire que envolvía a los de antes?


Walter Benjamin


Por Ricardo Terriles


PRELUDIO es un solo de danza contemporánea creado e interpretado por Ana González Vañek.  A partir de un profundo trabajo de investigación sobre la historia del Holocausto, e inspirada en elementos teóricos de la Escuela de Frankfurt, en el diario de Ana Frank y en el film Der Himmel Über Berlin (Wim Wenders) la obra ofrece la posibilidad de transitar un necesario proceso de deconstrucción histórica, a través de la danza. Preludio se presentó como trabajo en proceso en el marco del Festival Nacional Danzar (2013 - Argentina) con auspicio del Ministerio de Cultura de la Nación. Fue estrenada en Tadron Teatro (Buenos Aires) y presentada posteriormente en el Centro Cultural Borges (Buenos Aires), en el Centre National de la Danse (Paris), e invitada especialmente por el Centro Ana Frank Argentina a participar en la conmemoración del natalicio de Ana Frank. La obra se enmarca dentro del ciclo Arts Scéniques en Communication, con auspicios de la Embajada de Francia en Argentina (Instituto Francés), la Alianza Francesa de Buenos Aires, la Embajada de Argentina en Francia, la Revista DanzaNet y el Centro Ana Frank Argentina.



RT: -¿Cómo surge la idea de Preludio?

AGV: Preludio surge como continuidad de un trabajo de danza anterior al que yo llamo mi obra de vida, Cascada en tres tiempos. En determinado momento comencé a percibir que la obra ameritaba derivar en otra propuesta, con un anclaje concreto en nuestra historia social global, debido a diversas situaciones que confluyeron en mi entorno de aquel entonces. Siempre me interesó sobremanera la temática del Holocausto. Nací en una ciudad francesa que fue completamente destruída durante la Segunda Guerra Mundial. Allí se conservan numerosos registros de la época. Tuve la posibilidad de descender a los refugios subterráneos que resguardaron a gran parte de la población durante los bombardeos, y de conocer las bases submarinas nazis, actualmente convertidas en museos. Esto me llevó a conocer la historia del Holocausto desde muy chica. Había leído el diario de Ana Frank en mi adolescencia y posteriormente tuve la posibilidad de profundizar esta lectura y el contexto de su escritura, a partir de diversos trabajos de investigación que realicé en los primeros años de la facultad. Para su desarrollo -que incluyó visitas al Museo del Holocausto y la realización de entrevistas a sobrevivientes- me basé en textos de Walter Benjamin, Theodor Adorno y Max Horkheimer, teóricos de la Escuela de Frankfurt. Me fascinaron sus propuestas y hasta el día de hoy descubro la riqueza de sus legados. Estos elementos combinados fueron aspectos fundamentales durante el proceso creativo de Preludio así como también la inclusión de la obra en el ciclo que dirijo, Artes Escénicas en Comunicación, lo que me permitió ahondar en cuestiones estéticas y conceptuales vinculadas metafóricamente a las demás obras que integran el proyecto.

RT: ¿Cómo describiría el proceso creativo de la obra y qué aspectos destacaría?

AGV: En un primer momento, Preludio tuvo carácter de homenaje, ya que me centré exclusivamente en el diario de Ana Frank como motor de creación. El proceso creativo de Preludio - Homenaje a Ana Frank, llevó aproximadamente un año durante el cual trabajé a partir de las sensaciones que me generaba tanto la relectura de fragmentos del diario como los registros fotográficos y audiovisuales de la II Guerra Mundial. Posteriormente y luego de haber presentado la obra en el Centro Ana Frank Argentina, comencé a indagar en otras posibilidades creativas que me permitieran ampliar los lugares de llegada de la puesta. Así la obra pasó a llamarse Preludio, y a ciertos fragmentos del diario de Ana Frank, especialmente elegidos, se sumó la teoría de la Escuela de Frankfurt, de manera concreta. Asimismo, encontré en la película Wings of desire (Der Himmel Über Berlin), de Wim Wenders, elementos estéticos y conceptuales profundamente inspiradores para estructurar la composición. La danza en Preludio sigue un hilo conductor que es mi concepción particular sobre el tiempo de la creación, entendido como posibilidad abierta de ser, donde el silencio y la quietud se convierten en metáforas de un movimiento eterno, primigenio, anticipatorio y profético. Preludio es el trabajo más intenso y de mayor compromiso emocional que he realizado hasta el momento. Es una obra que me excede, porque habla de nuestra sociedad humana, para transformarla. Pero también, porque sus consecuencias me sorprenden en forma permanente: doy fe del profundo poder co-creador de la danza. Las víctimas del Holocausto, como tantos seres que hoy en día sufren injustas atrocidades, han sido y son víctimas, no solamente de un sistema político-económico nocivo para más de la mitad de la población mundial, sino de una humanidad que aún necesita deconstruirse para recrearse sobra una base sólida de valores fundamentales.

"La tarea de una auténtica revolución no consiste en cambiar el mundo

sino también y sobre todo, en cambiar el tiempo"


Walter Benjamin


RT: En tanto que Preludio se vincula con la problemática del Holocausto ¿Cuál es el rol de la danza y su aporte para la reflexión sobre esta desgracia en la historia de la humanidad?

AGV: La danza es una práctica social y en consecuencia es un acto de comunicación. Su existencia efímera le permite acceder a los registros sensoriales y emocionales del espectador de una manera efectivamente imperceptible. La experiencia de la danza, de ver y presenciar un espectáculo de danza, genera un contacto piel a piel en ese espacio y tiempo únicos del acontecimiento escénico. Esto se vincula directamente con la cuestión de la creación de sentido nuevo, y de la resignificación de sentidos adquiridos. Ambas situaciones suceden en el cuerpo del espectador. ¿Qué significa esto? Que Preludio, por su naturaleza dancística, y por el tratamiento discursivo de la temática que ofrece, posee la capacidad de atravesar al espectador en registros que existen antes de su pensamiento. Si bien todos sabemos que el Holocausto forma parte de estas “desgracias…”, la gran mayoría de las personas reproducen en sus acciones y en sus creencias, signos sociales herederos de las mismas. Lo peor, la verdadera tragedia, es el gran desconocimiento existente al respecto, causa de los agudos conflictos políticos que han aquejado a las sociedades latinoamericanas en los tiempos de posguerra, previos a la supuesta democracia actual. Es fundamental buscar las causas de todo conflicto donde éstas verdaderamente se encuentran. Luego, para que esto se resignifique y en consecuencia se transforme, es imprescindible “incorporar” signos que trasciendan a los pre-existentes, para crear así nuevas maneras de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Es fundamental llevar a cabo un trabajo de deconstrucción de las propias creencias que son el reflejo individual y social de mandatos culturales y políticos. Esto supone y amerita un compromiso honesto con nuestra humanidad, un compromiso profundo que nos permita llegar al origen: ese espacio-tiempo efímero y eterno donde toda creación es posible. Por eso la danza, y para eso Preludio.-


"El lenguaje del sueño no está en las palabras.

Está bajo ellas..." 


Walter Benjamin

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